viernes, 24 de abril de 2009

Soneto: V BAJO ETERNA LUNA de Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno


Cayó este más al borde de la senda
escalando la cumbre á paso tardo,
y de la cruz al pié rendido el fardo
de su dolor dejó, piadosa ofrenda.

Veía en lo alto palpitar la tienda
en donde clava el sol su primer dardo
y el último y en donde el cielo pardo
baja en niebla sin lluvia que la ofenda.

Iba tras el descanso su fatiga
á ver del sol la refulgente cuna,
huyendo de la sombra que atosiga

al corazón, y sin aurora alguna,
duerme muy lejos de la cumbre amiga
su sueño eterno bajo eterna luna.