Lírica
Eduardo: está en el reino de nuestra fantasía
el pabellón azul de nuestro rey divino.
Saludemos al dios en el pan y en el vino,
saludemos al dios en la noche y el día.
Todavía está Apolo triunfante, todavía
gira bajo su lumbre la rueda del destino
y viértense del carro en el diurno camino
las ánforas de fuego, las urnas de armonía.
Hundámonos en ese mar vasto de éter puro
en que las almas libres del cautiverio obscuro
de la sombra, celebran el divino poder
de cantar. Tal será nuestra eterna retórica.
En tanto suena la música pitagórica
y brilla en el celeste abismo Lucifer.
A Eduardo Talero
Eduardo: está en el reino de nuestra fantasía
el pabellón azul de nuestro rey divino.
Saludemos al dios en el pan y en el vino,
saludemos al dios en la noche y el día.
Todavía está Apolo triunfante, todavía
gira bajo su lumbre la rueda del destino
y viértense del carro en el diurno camino
las ánforas de fuego, las urnas de armonía.
Hundámonos en ese mar vasto de éter puro
en que las almas libres del cautiverio obscuro
de la sombra, celebran el divino poder
de cantar. Tal será nuestra eterna retórica.
En tanto suena la música pitagórica
y brilla en el celeste abismo Lucifer.